Las redes sociales estallaron con el anuncio de Netflix de que oficialmente compró a Warner Bros., en una operación histórica valorada en unos 82 700 millones de dólares. Ahora, el gigante del streaming no sólo amplía su catálogo, sino que se posiciona como la fuerza dominante del cine y la televisión mundial. Según informó la empresa en sus redes sociales, que e acuerdo incluye los estudios de cine y televisión de Warner Bros., así como sus servicios de streaming HBO Max y HBO, lo que implica que queridos clásicos y nuevas producciones pasarán a formar parte de la oferta de Netflix. El documento señala además que los accionistas de Warner Bros. Discovery recibirán 27.75 dólares por acción —parte en efectivo y parte en acciones de Netflix— consolidando una transacción que redefine el mapa de la narrativa audiovisual moderna. Según se informó, la operación se cerrará una vez que se complete la separación de la división de canales de Warner (que formará una nueva empresa llamada Discovery Global), un proceso previsto para el tercer trimestre de 2026. Mientras tanto, ambas compañías ya aprobaron la venta. Para los creadores, productores y la industria del entretenimiento en general, la fusión representa una oportunidad masiva: la unión de la capacidad productiva centenaria de Warner con la plataforma global y el músculo de producción de Netflix podría abrir puertas a nuevos proyectos, presupuestos más ambiciosos y distribución mundial directa.
El texto original de este artículo de la Agencia Quadratín